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Mi amigo Luis Miguel, me comentaba divertido: “los montrealeses son tan latinos!”, y lo decía haciendo referencia a la forma tan peculiar de inventar palabras. Una de ellas es quebequismo: magazinear. (Ir de compras)
Llegandito eso es seguro, vas a magazinear mucho…
Para no hablar mucha pajita, les dejo aquí una lista de mi magazinaje por área:
Ropa:
- Old Navy: guardacamisas y franelas, pantalones de corduroy (pana)
- L’Aubanerie: Abrigos y Pijamas
- La Senza (guilty pleasure) no es barato, pero demasiado linda la ropa interior.
- Econo Sport: Ropa de invierno, zapatos, botas, etc
- La corde: la cuerda, todas las marcas de ropa y accesorios deportivos y de invierno
- Aldo: Ropa y Accesorios
Hogar:
- Rona: El EPA de Montreal
- Canadian Tire
- Walmart
- Zellers
Librerías y Papelerías:
- Le Parchemin
- L’essence du papier (es verdad, es hermosa)
- Bureau en Gros
- Hay librerías con posibilidad de compra y venta de libros usados. Se pueden conseguir libros en francés usados, bien interesante. Ahí compré 4 libros de fotografía hermosos. Las hay en todas partes, así que no recomiendo ninguna en específico. Hay una entrando el quartier gay que fue donde yo hice mi hallazgo
Música:
- Archambault. Todas las tiendas son lindas y provoca quedarse a escuchar música por horas!!!
He visto otras tiendas hermosas, como Au Printemps en Outremont y otras en Mont Royal y Beaubien, especialistas en regalos especiales o detallitos para la casa, desde los imanes de la nevera, individuales, papeleras todo cuchi. Hay anticuarios donde no solo compras, sino que alquilas las antigüedades. Los restaurantes, muchos y variados, no los enumero porque sinceramente solo recuerdo el nombre de 2 y le hago injusticias al tercero y cuarto que no recuerdo, pero eso si, hay de todo tipo de comidas, esos 4 lugares son: cocina mediterránea, cocina cantonesa y schezuan, cocina francesa y un deli kosher judío super rico y muy old fashion.
Hay incluso un lugar que venden sólo te y otro que es una fromagerie (quesería) que ambos parecen boutiques de ropa, super chic.
Lo que si debo resaltar (con pesar) es el contraste con lo que dejé en Caracas. Mis amigos y yo, no dejamos de exclamar con suspiritos la enoooooooorrrrrrrrme variedad de todo. La primera vez que me compré un refresco estuve un montón de tiempo mirando y no lograba decidirme por cuál. Y la anécdota más cómica es quizás la de las almohadas: hay para el que duerme boca arriba, boca abajo o de lado. En plumas o sintética, total, que ahí también estuve un ratote tratando de decidir donde “planchar mi orejita”.