Tradiciones Santas

Esta Semana Santa, decidí quedarme a disfrutar la ciudad vacía... Fue todo un placer. Ya veo que 5.5 millones de almas no caben en este valle que se hace cada día mas reducido. Tuve la intención de fotografiarlo así, pero el tiempo se me hizo poco.
Sin embargo, pude presenciar el descenso de los Palmeros de Chacao, el Sábado anterior al Domingo de ramos. Una tradición hermosa, meramente masculina, donde adolescentes, jóvenes y adultos pernoctaron desde el jueves en el Avila y trajeron la Palma que bendecirían en la Iglesia de Chacao. Aparte del descenso como tal, hubo grupos culturales de toda Miranda, recibiendo el paso de los Palmeros y hasta bailes de Santos.

Luego, pasé por la Procesión del Nazareno el Miércoles Santo, en Chacao, donde pude ver desde muy cerquita a los cargadores de santos pagando sus promesas, los niños, las ancianas, la gente con la mayor devoción. Creo que ese día Dios me hizo un regalo maravilloso: todas las personas me abrían paso para poder fotografiar y al final de la procesión, donde estaban las imagenes reunidas, incluso me dejaron pasar y cada uno de ellos le hizo la reverencia al Nazareno justo frente a mis ojos. Solo una oración me venía a los labios: La Salve, y después en mi mente solo hubo silencio, pero un silencio maravilloso, que me trajo mucha paz y me recordó que Dios está allí, siempre conmigo.