miércoles, 20 de junio de 2007

0°. Día Cero. Página uno, línea 1.

Desde que comencé el Blog, no he tenido chance de explicar cómo terminé decidiendo emigrar a Canadá.


En principio, quise hacer un Post Grado en Brasil. Viví en casa de una amiga durante un mes. Me traje dos postulaciones en sendas universidades: pública y privada. La gente en Sao Paulo es una nota: super amable, cálida, servicial. La ciudad… ahí si se entiende que es una megalópolis o que es las ciudades mas grandes de Latinoamérica. Me defendí muy bien en Portugués, conocí buena parte de la ciudad y hasta me fui a Rio de Janeiro, sola. De allá me traje una visión del mundo diferente. Pero esencialmente no me quedé por tres razones, todas de igual importancia: mi mami estaba quebrantada de salud y delicada, es una ciudad dificil para vivir sola y tercero, no me podía permitir gastar el capital que mi mamá bondadosamente me ofrecía en préstamo, sin garantías de un empleo para poderlo reponer. Pensaba en aquella época que dada las condiciones del país, sería difícil reunir en dólares, ya que suben y suben. Triste, pero no me equivoqué.


Regresando, averigüé en la Embajada del Japón. El sistema para estudiar allá requiere que vayas por seis meses a aprender (mejorar) el japonés, luego trabajas año y medio con un investigador en el área que quieres estudiar y si él considera bueno tu desempeño, te dan beca para estudiar. Digamos que es una beca que pagas con tu trabajo. Un colega que se fue a Hiroshima con ese sistema, me dijo: “olvídalo, eres mujer, esa sociedad es muy machista, la vas a pasar muy incómoda” y realmente creí en él. Además, me pareció muy enredado. Teniendo en cuenta que al final de los estudios, es obligatorio regresar.


Boomerang.- Australia en aquella época no contaba con representación Diplomática en el país. Solo una agencia en Los Palos Grandes (Boomerang) que explicaba de que se trataba el proceso en esa época, ah no he dicho, 2003. Pasaje, curso de inglés de al menos 3 meses (sepas o no sepas inglés) y desde allí arrancaba el proceso allá. No –pensé- demasiado lejos de todos mis conocidos, complicado quizás, e incierto el proceso.


http://www.mequieroir.com/


Finalmente, navegando en ese portal que nos ha servido a muchos de orientación, di con la agencia Primus, con quien hice el contacto.


Claro, he dicho cómo llegué pero porqué me decidí por Canadá. Tengo ya conocidos que viven allá y me han dicho de qué se trata y cómo se vive allá. Sobre todo, la apertura a los inmigrantes, el Programa de Residencia Permanente como tal, que te da licencia para trabajar legalmente desde que llegas y que solo es cuestión de adquirir herramientas, pasando pruebas, ubicarte. Veremos…


Embora meu coração seja Brasileiro!!! Y Venezolanito!!!

miércoles, 13 de junio de 2007

13 de Junio, 1996















Lugar: Aula Magna de la Universidad Central de Venezuela.

La voz estentórea del maestro de ceremonias, pronuncia mi nombre completo, y yo estrecho la mano de mi amiga Simone. Estamos nerviosas. Y felices. Hoy, vemos culminados nuestros esfuerzos y nos entregan el tan ansiado título: Odontólogo. Recibido el Diploma, miro hacia arriba, agito el pergamino 3 veces en señal de victoria y regreso a mi sitio. La foto muestra a una chica con cara de susto e inmensa alegría. Pero eso fué 11 años atrás...
Hoy en día, estoy ya en mi uniforme de trabajo, lista para atender a mi primer paciente. Son las 7:40 am. Me espera una larga jornada de mas de 12 horas, pero me siento jubilosa porque en estos 11 años:

- Todavía me confunden con la chica asistente del consultorio (no tengo "cara" de Dra jajaja!) Hay pacientes que incluso me han dicho: "Yo pensaba que Ud era una mujer mayor"
- He visto niños con dientes de leche y camisa de colegio blanca, pasar por mi silla y cambiar a camisa azul y a beige y a ropa de calle porque hoy van a la Universidad.
- Mantengo relaciones laborales y de amistad con mis compañeras de Promoción ( lo siento, la mayoría son mujeres)
- Me he sentido halagadísima cuando mis Profesores de otrora, me han invitado a ser conferencista en cursos de ampliación.
- He asistido a bautizos, comuniones, cumpleaños y hasta matrimonios de mis pacientes.
- Con ellos he crecido como persona, he aprendido de sus experiencias de vida y han sido mi libro de enseñanza todos los días.
- Me han exigido mucho, hasta llegar a pedir por la "perfección" y sin falsas modestias ni mentir, los he dejado satisfechos.
- Estoy complacida de ver como mi trabajo ha mejorado mis habilidades manuales para las Artes Plásticas.
- He recibido cientos de abrazos sinceros de agradecimiento.
- Siento gratitud y plenitud cuando me dicen: no, yo te espero, no me quiero ver con nadie más.
- Me pongo triste cuando me dicen: no te vayas a Canadá.

Hoy le pido a Dios y a la Virgen que me dejen continuar con mi vocación en el futuro. si no se puede, por cosas de la vida, puedo afirmar que han sido 11 años maravillosos.

Un beso enorme a mis colegas, repartidos por el mundo entero, a mis pacientes, no, a mis amigos mejor dicho y les digo que para mí ha sido no solo un placer haberlos conocido sino les doy las gracias por tener la gentileza de criarme y educarme como el ser humano que soy.