Lugar: Aula Magna de la Universidad Central de Venezuela.
La voz estentórea del maestro de ceremonias, pronuncia mi nombre completo, y yo estrecho la mano de mi amiga Simone. Estamos nerviosas. Y felices. Hoy, vemos culminados nuestros esfuerzos y nos entregan el tan ansiado título: Odontólogo. Recibido el Diploma, miro hacia arriba, agito el pergamino 3 veces en señal de victoria y regreso a mi sitio. La foto muestra a una chica con cara de susto e inmensa alegría. Pero eso fué 11 años atrás...
Hoy en día, estoy ya en mi uniforme de trabajo, lista para atender a mi primer paciente. Son las 7:40 am. Me espera una larga jornada de mas de 12 horas, pero me siento jubilosa porque en estos 11 años:
- Todavía me confunden con la chica asistente del consultorio (no tengo "cara" de Dra jajaja!) Hay pacientes que incluso me han dicho: "Yo pensaba que Ud era una mujer mayor"
- He visto niños con dientes de leche y camisa de colegio blanca, pasar por mi silla y cambiar a camisa azul y a beige y a ropa de calle porque hoy van a la Universidad.
- Mantengo relaciones laborales y de amistad con mis compañeras de Promoción ( lo siento, la mayoría son mujeres)
- Me he sentido halagadísima cuando mis Profesores de otrora, me han invitado a ser conferencista en cursos de ampliación.
- He asistido a bautizos, comuniones, cumpleaños y hasta matrimonios de mis pacientes.
- Con ellos he crecido como persona, he aprendido de sus experiencias de vida y han sido mi libro de enseñanza todos los días.
- Me han exigido mucho, hasta llegar a pedir por la "perfección" y sin falsas modestias ni mentir, los he dejado satisfechos.
- Estoy complacida de ver como mi trabajo ha mejorado mis habilidades manuales para las Artes Plásticas.
- He recibido cientos de abrazos sinceros de agradecimiento.
- Siento gratitud y plenitud cuando me dicen: no, yo te espero, no me quiero ver con nadie más.
- Me pongo triste cuando me dicen: no te vayas a Canadá.
Hoy le pido a Dios y a la Virgen que me dejen continuar con mi vocación en el futuro. si no se puede, por cosas de la vida, puedo afirmar que han sido 11 años maravillosos.
Un beso enorme a mis colegas, repartidos por el mundo entero, a mis pacientes, no, a mis amigos mejor dicho y les digo que para mí ha sido no solo un placer haberlos conocido sino les doy las gracias por tener la gentileza de criarme y educarme como el ser humano que soy.
La voz estentórea del maestro de ceremonias, pronuncia mi nombre completo, y yo estrecho la mano de mi amiga Simone. Estamos nerviosas. Y felices. Hoy, vemos culminados nuestros esfuerzos y nos entregan el tan ansiado título: Odontólogo. Recibido el Diploma, miro hacia arriba, agito el pergamino 3 veces en señal de victoria y regreso a mi sitio. La foto muestra a una chica con cara de susto e inmensa alegría. Pero eso fué 11 años atrás...
Hoy en día, estoy ya en mi uniforme de trabajo, lista para atender a mi primer paciente. Son las 7:40 am. Me espera una larga jornada de mas de 12 horas, pero me siento jubilosa porque en estos 11 años:
- Todavía me confunden con la chica asistente del consultorio (no tengo "cara" de Dra jajaja!) Hay pacientes que incluso me han dicho: "Yo pensaba que Ud era una mujer mayor"
- He visto niños con dientes de leche y camisa de colegio blanca, pasar por mi silla y cambiar a camisa azul y a beige y a ropa de calle porque hoy van a la Universidad.
- Mantengo relaciones laborales y de amistad con mis compañeras de Promoción ( lo siento, la mayoría son mujeres)
- Me he sentido halagadísima cuando mis Profesores de otrora, me han invitado a ser conferencista en cursos de ampliación.
- He asistido a bautizos, comuniones, cumpleaños y hasta matrimonios de mis pacientes.
- Con ellos he crecido como persona, he aprendido de sus experiencias de vida y han sido mi libro de enseñanza todos los días.
- Me han exigido mucho, hasta llegar a pedir por la "perfección" y sin falsas modestias ni mentir, los he dejado satisfechos.
- Estoy complacida de ver como mi trabajo ha mejorado mis habilidades manuales para las Artes Plásticas.
- He recibido cientos de abrazos sinceros de agradecimiento.
- Siento gratitud y plenitud cuando me dicen: no, yo te espero, no me quiero ver con nadie más.
- Me pongo triste cuando me dicen: no te vayas a Canadá.
Hoy le pido a Dios y a la Virgen que me dejen continuar con mi vocación en el futuro. si no se puede, por cosas de la vida, puedo afirmar que han sido 11 años maravillosos.
Un beso enorme a mis colegas, repartidos por el mundo entero, a mis pacientes, no, a mis amigos mejor dicho y les digo que para mí ha sido no solo un placer haberlos conocido sino les doy las gracias por tener la gentileza de criarme y educarme como el ser humano que soy.
3 comentarios:
Gracias a tí por mejorarnos la calidad de vida.
Lees esto que seguro ya has leído, para que lo releas cuando te de cosita irte: http://www.am.ub.es/~carrasco/rudyard.html
Amiga retornaste!!!!
Que bueno leerte nuevamente. En relación a tu post, te puedo decir que uno siempre tiene que estar orgulloso de lo que hace y algún día se tiene la recompensa del esfuerzo realizado... ya lo estas viendo con tus comentarios.
Ahora es cuando hay Dra por delante!!!
Patricia me emocioné muchissimo al ver tu blog y al relembrar ese dia en que agarrastes mi mano el dia de nuestra graduación. Me hizo llorar pues eres una de esas personas que aunque no tengamos contacto todos los dias viven en nuestro corazón , los recuerdos son muchos , y te deseo en tu nueva empreitada tudo de bom pois vc é uma lutadora e merece todo o sucesso deste mundo , um beijo no seu coração.
Sua amiga ,
Simone.
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