sábado, 30 de abril de 2011

Alexandria y el Minotauro






Hace dos años, escribía más o menos regularmente este blog: una vez que decido sumergirme en el intrincado mundo de la “integración” en Quebec, me fue quedando menos tiempo para contar mis historias. Se me acabo el tiempo y se me apago la musa… menos mal que ella es como el piloto de una cocina de gas… siempre queda encendido en modo mínimo…




2008/2009

Comencé a trabajar en el área… con un Cirujano Maxilofacial. Bueno, ya tenía una experiencia previa que postee hace ya siglos, y en resumen conseguir trabajo en Quebec en el área de salud es bien complicado. Las recomendaciones facilitan mucho la tarea y los reclutadores de personal te lo explican claramente: hay un enorme recelo en el mercado porque los odontólogos no te ven como una persona fiable y que les va a durar para TODA LA VIDA… bueno, lógico que no… cualquier ser humano, no solo los que quedamos privados del derecho de ejercicio profesional, tiene derecho a progresar profesionalmente. Aparte de sentirse inseguros por estar “bajo el reflector” del ojo crítico de un colega que puede que estén desventaja pero que tiene conciencia crítica.

Decía entonces que mi trabajo con el Cirujano fue una experiencia FANTASTICA en todos los sentidos, menos uno… la paga. Y otro de los grandes aprendizajes en este periodo fue el de entender que mi hora de trabajo tiene un costo y un límite. Yo tenía la costumbre en Venezuela de trabajar hasta el infinito sin preguntarme cuanto ganaría, porque yo era la jefa. Sin embargo en una posición subordinada se aprenden muchísimas cosas: a cumplir un horario, los roces, celos, envidias, comentarios maliciosos y sobre todo que ignoren tus conocimientos o que te remarquen que no eres Odontólogo en Canadá, como si por el hecho de no tener un permiso profesional, tus conocimientos se te borraron del disco duro. Nadie dice que el respeto sale de debajo de las piedras: el respeto, se gana. También aprendí que no se nace monedita de oro y que no es obligatorio que le caiga bien a todo el mundo. Parecen lecciones muy simples que a mi edad debí haber aprendido, pero cuando tienes una práctica privada antes de cumplir los 30 años y desde allí has construido tus logros, te apartas de la realidad. Hay otras consideraciones interesantísimas ligadas a las culturas: el latino es muy entrometido y opinador en situaciones que pueden ser delicadas. En general, lo digo no en mi puesto de trabajo, lo digo en la vida diaria. Acá, las personas se cuidan muchísimo de expresar sus opiniones y si hablamos en el ámbito profesional, es aún más fuerte. Estamos para exponer hechos, no para hacer ningún tipo de sugerencias.

Mi aprendizaje fue profundo y variado en áreas que no había tenido la oportunidad de tocar por mi especialidad, la ortodoncia. Al mismo tiempo, manejar todo ese ingles técnico digamos que fue el piso con el que pude animarme a pasar los exámenes de la Equivalencia.

Hasta 2010, el proceso de Equivalencias para Dentistas estaba dividido en dos procesos: el provincial (cada quien a su estilo) y el Federal que incluía una prueba de selección y dos años dentro de un Programa de Calificación (Qualifying Program). En Quebec, siempre existió el actual sistema de tres pruebas para obtener la licencia. Este es mi blog personal, no es para llenar a los lectores con todos los vericuetos técnicos de esta telenovela, para ello, cree la pagina en Facebook: “Odontologos Venezolanos en Canada”. Mi intención es y será que siempre los que están en otras provincias también opinen, cosa que lamentablemente no he logrado y que no sean solo los Venezolanos quienes se expresen, están invitados todos los colegas de Latinoamérica que llegan a Canada. Allí hay bastante información de que estudiar, donde comenzar a buscar, etc. Pueden hacer amigos y ver quienes ya llegaron y que se ayuden. Mi deseo, quizás quijotesco es que podamos estar unidos ante justamente ese Minotauro del que hablé al principio.

La parte profesional es un inmenso laberinto mortal para el espíritu. Es oscuro, complicado. Es para almas con temple. Exige una preparación mental y anímica muy fuerte, para soportar los embates del dia a dia, seguir trabajando con la vocación entre las manos y que te ignoren y no te reconozcan. Ese es el precio por vivir en un país hermosísimo y tener la tranquilidad de espíritu que tengo.

Puedo decir, que estudie por dos años consecutivos, por 9 meses de manera intensiva. Es decir, trabajaba 28 horas por semana y estudiaba 40 (en promedio). No vi pasar dos otoños, dos inviernos ni dos primaveras. Vivía para estudiar y no llegué aun asi a la meta… Por dos puntos! Sin derecho a pataleo.

2010

Cuando llego la infortunada carta, yo estaba tan angustiada que falte al trabajo, para esperar al cartero. El espectáculo era tragicómico… saltaba por cualquier cosa, baje a la planta baja no sé cuantas veces para comprobar si el “Factor” que cosa tan loca como llaman aquí a los carteros, había pasado. Mis ojos saltaron toda la parafernalia del texto para clavarse en un número: 73! Strike 3… OUT!

Para ese entonces, ya había cambiado de trabajo, con mejor remuneración pero con muchísimas más horas de trabajo y las condiciones generales muy por debajo de las que dejaba atrás. Aprendí también que hay que dejar fluir las cosas y que a pesar que cree maravillosos afectos en mi primer empleo, debía continuar mi propio camino.

En ese ínterin, concluí que si quería continuar con la equivalencia debía tomar las cosas con más calma y hacer un piso quizás más sólido, si eso cabe: Decidí estudiar Técnicas de Higiene Dental (O sea, higienista), para no pasar por estos problemas de la paga y falta de reconocimiento profesional (tu aquí no eres nadie). Fui a varios Open Houses, corrí como loca después del trabajo, hice filas para entrevistarme con personas y por allí también descubrí que los Odontólogos no somos la prioridad. Solo somos un porcentaje mínimo para ser aceptados en el programa. Digamos, de 70 alumnos, solo 5 son Odontólogos. La Orden de Higienistas de Quebec es una asociación profesional bien seria, responsable y súper atenta que da la cara donde nadie más la da. Ellas te ofrecen hacer una equivalencia para permitirte entrar a un college a estudiar la carrera sin los mismos requisitos que le exigen a los que solo son bachilleres… y crearon una certificación que ha logrado salir a la luz en solo dos ocasiones porque hay serios problemas de presupuesto y serios rumores de que hay colegas bastante problemáticos que no tienen una actitud muy receptiva y que en cambio, rozan mucho con los docentes quienes no les da mucha “nota” “calarse esa”… y tienen razón… digo yo. Está bien sentir un poquito de frustración por ser tratados como escolares sobre todo cuando has estudiado 5 años de universidad y en muchos casos tienen especialidades, pero no es el momento para soberbias, es el momento para aprovechar y tomar lo poquito que te ofrecen y capitalizarlo.

Pero, de nuevo el laberinto da a una calle ciega, cuando se que mi bachillerato es demasiado viejo y es necesario hacer un “refrescamiento” de ciertas clases… en un tiempo poco factible… para comenzar no digo yo en Enero 2012… no! En Septiembre 2012… ahora estoy paseándome por escenarios variopintos para ver que hago porque la paciencia se acaba y quisiera avanzar, no quedarme estancada…

En fin, no hay hilo de Ariadna… el Minotauro que se llama Orden Profesional sigue acechando y dando zarpazos mortales… mientras, sigo luchando, sigo intentado aunque me encuentre en un punto muy bajo en ánimo por continuar… yo sabía que el proceso no era fácil, lo que no entiendo es cómo existiendo la voluntad por hacer las cosas, por superarse, te cierren las puertas sistemáticamente… se que esta es una carrera de resistencia y como lo dije al principio apta para luchadores enfocados… creo que me toca no solo continuar orando… sino afinando aun mas mis sentidos para ver como termino de darle un certero golpe en la cabeza y matarlo.